Capítulo 1: Pulso
No veo nada, todo es un malvado juego de sombras, solo
oigo sonidos, sonidos atronadores que hacen que mi cabeza se repita
constantemente la misma imagen. Desde mi posición oigo el viento soplar con la
fuerza de un huracán, provocando que los arboles se zaranden de tal manera que
golpean las cosas con una fuerza descomunal, que produce un ruido atroz. Las
hojas son arrastradas por el viento calle abajo y los silbidos que produce el
aire al pasar por entre algunos recovecos hacen que solo pueda acurrucarme más
en ese pequeño hueco en el que apenas puedo respirar.
Mis padres me han dejado en ese sitio hace horas, y
ahora aparte del temporal lo único que escucho es alguien que camina por la
casa, buscando algo, buscando a alguien, buscándome a mi.
Intento tranquilizarme, regular mi respiración y mis
latidos, por que se que aquí nadie puede encontrarme, pero este lugar se esta
empezando a volver una tortura. Todos mis músculos están entumecidos a causa
del frio, y ya empiezo a sentir ese cosquilleo síntoma de que se me están
quedando dormidos, quiero coger aire, para llevar oxigeno a todos los lugares
de mi cuerpo, pero ese lugar es tan pequeño, que ni siquiera puedo llenar mis
pulmones al máximo.
Alguien se para frente a lugar en el que estoy, pero
no es la misma persona que ronda por la casa, por que sus pasos aun los siento
en el piso superior, noto como alguien retira el sillón ayudándose de los
intervalos de viento para cubrir el ruido, y después la rejilla que cubre mi
posición se quita de su sitio.
Lo siguiente que noto son sus manos cálidas
acariciándome la cara, y es en ese momento en el que se que ya estoy a salvo, y
la verdad, es extraño como la simple presencia de una persona te puede hacer
sentir esa seguridad.
Me saca de ese sitio y me da un abrazo, no veo
prácticamente nada, pero noto que sus mejillas están húmedas, y eso significa
que ha estado llorando, y eso me da miedo, por que Erik nunca llora, eso
significa que algo ha ido mal muy mal, y hace que durante unos segundos se me
forme un nudo en la garganta y mi corazón comienze a latir más rápido de lo que
yo creía que fuera posible, tanto que lo noto palpitando en mi cabeza y en mi
garganta.
Erik me abraza, y pone en mi boca sus mano para
contener mis sollozos, por que no puedo soportar la idea de no volver a verles
más, de que hayan dado su vida por la nuestra, el parece comprender mis
emociones, me abraza con fuerza y lo único que siento de el es sus lagrimas
cayendo sobre mi pelo, sus corazón y su respiración son normales al igual que
su pulso, porque ahora tiene una meta, aprovechar su sacrificio para salvarnos
al resto.
- Saldremos de esta vale- me susurra al oído, pero sus
palabras son falsas, ni el mismo se lo cree, veo que alza la vista y mira a un
lado y al otro, porque de repente ambos nos hemos dado cuenta de una cosa
crucial, ya no se oyen los pasos en la planta de arriba-Haz todo lo que yo te
diga, vale- Me da un beso en la cabeza y me ayuda a ponerme en pie
Veo que sus ojos vuelven a obtener ese color
amarillento que le permite ver en la oscuridad, el único problema es que yo no
tengo nada por el estilo y tengo que ir agarrado a su pantalón y lo más
sincronizado con el que puedo, ya no solo por el hecho de que no veo
absolutamente nada, sino porque si me soltara de el en ese momento me daría un
ataque de pánico tan grande que saldría corriendo hacia cualquier lugar y tan
rápido, que tendría más posibilidades de comerme una pared entera que de
escapar hacia otra sala.
Vemos una luz al final del pasillo, mi hermano abre
lentamente el armario ropero y entramos en el justo a tiempo.
La luz recorre todo el pasillo y no tarda mucho tiempo
en llegar hacia nosotros. Yo a esa altura no llego a ver la cara del hombre,
pero se que es justo la cara que mi hermano esta contemplando ahora, noto como
la luz inunda el armario filtrándose por las rejillas que este tiene, generando
en el interior unas sobras alargadas y similares a las que producen las persianas
cuando esta empezando a amanecer.
La luz va calándose poco a poco, y cada vez más en el
armario, mi pulso se vuelve a alterar, a la par que el tiempo huracanado deja
de sonar, y entonces temo porque mis fuertes latidos descubran nuestra
posición. Mi hermano nota que estoy empezando a tiritar, y para asegurarse de
que no tenga ningún tipo de reacción involuntaria, vuelve a poner la mano en mi
boca, mientras con la otra me pega fuertemente a su pecho para que ambos
notemos la seguridad del otro, y ahora si es cuando noto sus pulsación es que
son incluso más fuertes que las mías, con una sola diferencia, una diferencia
que acabo de notar, sus pulsaciones que retumban en su pecho y se transmiten a
mi cabeza no son de miedo, son de rabia, la cual contiene solamente por que me
tiene que poner a salvo.
La luz se aleja, pero Erik le da un tiempo de “ventaja”
a quien quiera que lleva la luz para poder salir con mayor seguridad, vuelve a
abrir la puerta, pero no se preocupa de solver a cerrarla, si no que abre
directamente la puerta de la salida, mira rápidamente tras de si, vuelve a
mirar dentro una vez más, entonces se gira, me levanta en vilo sobre uno de sus
hombros, haciendo que más que una persona ahora me sienta como un saco de
patatas, cierra la puerta con cuidado y en cuanto la puerta hace el clack que
indica que esta cerrada, sale corriendo de tal forma que parece que apenar
toque el suelo, mientras yo soy botes descontrolados en su hombre. Se que le
estoy haciendo daño, se que correr así hara que mañana no pueda ni moverse por
la lesión en su rodilla, pero también se que lo que menos le importa ahora es
su rodilla.
Noto como su ritmo va menguando, como su corazón late
tan fuerte que al apoyar la oreja en sus espalda casi siento que se le vaya a
salir por detrás, pero lo que más me preocupa es su respiración, suena muy
fuerte, muy ronca, molesta y costosa, como... y entonces caigo en la cuenta,
como si estuviera a punto de darle un ataque de asma.
- ¡Para!-Grito, pero el no me hace caso, solo sigue
corriendo-¡Erik, he dicho que pares!- Pero se niega a hacerme caso, es como si
estuviera en stock y lo único que pudiera hacer su cuerpo ahora es correr, como
una reacción para liberar toda la ira que lleva dentro, pero si le da un ataque
de asma, de poco le servirá hacer salido de la casa.
Al final, no me deja otra opción me tiro de su
espalda, y entonces ocurre, para de correr de inmediato en cuanto pierde el
contacto con mi cuerpo, he de decir que ha funcionado, pero ha sido una
solución algo dolorosa, porque al caer me he golpeado la cabeza con una piedra,
y ya puedo sentir como algo se empieza a derramar desde el golpe hacia el resto
de la cara, seguido de un inmenso escozor, pero ahora eso es lo que menos me
importa, me levanto me acerco a Erik y le empujo del hombro hacia abajo para
que se siento, una vez sentado le obligo a tumbarse, y hago lo que he hecho
siempre, lo que mi madre llama mi toque milagroso, pongo mi oído en su pecho, y
empiezo a respirar lento, obligando a que su respiración se sincronice con la
mía, sus pulsaciones empiezan a ralentizarse, pero no es porque se esté
calmando, es porque no puede respirar.
- ¡Erik, escúchame!- digo alterado, muy alterado, ya
que apenas puedo hablar sin que mi voz haga cosas raras, las manos me tiemblan
y empiezo a tartamudear, pero aun así tengo que aparentar la máxima
tranquilidad posible para que es se tranquilice, me tumbo es su pecho y le
digo- Tiene que respirar, despacio, poco a poco-lo intenta, pero no puede, noto
como hace fuerza para abrir su traquea, pero por ese sitio no entra ni un ápice
de aire, y mientras noto como su corazón va latiendo cada vez menos.
Estoy apunto de sufrir un ataque de pánico, ya me
cuenta pensar con claridad, y empiezo a hiperventilar, a la par que noto como
una mezcla de emociones se mezcla en mi torrente sanguíneo y me confunde mas de
lo que ya estaba, llegando hasta tal punto que siento como mi herida de la
cabeza sangra a borbtones. Pero no me puedo permitir eso, Erik se retuerce de
un lado al otro debido a que se esta asfixiando y de repente, se queda quieto.
En ese momento todas mis emociones explotan de golpe,
no se que hacer y me pongo a darle golpes en el pecho y detrás de cada golpe
pego mi oído mientras rezo en un intento fallido que su corazón no se pare. Me
pongo histérico, gritando como un loco que respire y dándole golpes, hasta que
ya no se que mas hacer me hacerco a su cabeza a coloco recta, le tapo la nariz
e insuflo en sus pulmones una cantidad de aire brutal y a un presión que noto
como su garganta se abre y mi aire entra por ella, vuelvo a colocar sobre so pecho pero su
corazón no le late.
Mi mente ya empieza a ver lo peor, toda mi espalda es
recorrida por un sudor frio y mis manos temblorosas le dan un masaje cardíaco
de la mejor manera que me es posible, mi respiración comienza a acelerarse a
cada paso que noto que su corazón no late. Estoy tan tenso que si me pincharan
ahora no sangraría, y hago las cosas tan rápido que noto como estoy bañando a
mi hermano en mi sangre, noto la adrenalina corriendo dentro de mi, y como cada
parte de comida que contiene mi estomago amenaza con salirse de es. Me llevo
las manos a la cabeza, ya no se que hacer hasta que en un intento desesperado
golpeo su pecho con todas mis fuerzas y
entonces me pongo a llorar de felicidad al ver que vuelve a respirar.
Me tumbo en el suelo, a su lado llorando y sangrando,
con una mezcla tan brutal de emociones en el cuerpo que de repente noto como me
quedo sin fuerzas, y las únicas que me quedan las utilizo para abrazarme a
Erik, empiezo a llorar y a saborear el sabor de mi propia sangre, la mezcla de
sentimientos empieza a asentarse y a consecuencia de la cantidad de adrenalina
que mi corazón a debido de vertír en mi sangre, noto como me pitan los oídos de
una manera descomunal, lo ultimo que noto es que Erik me acaricia el pelo con
la mano, simplemente pierdo el conocimiento abrazado a el, pero lo pierdo con
un gran sentimiento de euforia y felicidad dentro de mi por ver que sigue
vivo.
La sensación de calor me despierta, aun tengo los ojos
cerrados, pero ya noto los rayos del sol incidiendo en mi cara, y noto como su calor poco a poco se filtra a
mis huesos y calma el dolor provocado por el frio de la noche.
Cogo aire, tan fuerte que lleno mis pulmones a plena
capacidad y noto así el cálido y puro aire del campo, junto con ese
característico olor mentolado de los eucaliptos, a la par que el oxígeno se
distribuye por todos mis musculoso, pero eso no es suficiente para recuperar la
fuerza de estos, estoy tan cansado que siento que apenas puedo levantar un
brazo y para colmo aun me dura el susto de anoche, y en cuento recuerdo esos
momentos me vuelve la angustia y la debilidad.
Abro los ojos, lo primero que veo es su rostro, luego
me quedo unos segundos parados, y entonces noto que mi cabeza se levanta y
vuelve a bajar a consecuencia de que estoy usando su pecho como almohada, cuando
noto que respira con normalidad, siento
tal felicidad y euforia que no puedo evitar volver a llorar, por que anoche
cuando me desmaye no sabia si realmente era cierto o solo era un sueño. Ahora
el es lo único que me queda, y si le pierdo a el tengo la ligera sensación que
también me perderé a mi mismo, me abrazo a el con fuerza sin poder evitar que
las lagrimas se me relvasen por la cara y moje su camiseta.
Noto como su mano seca mis lagrimas, y a continuación
me abraza, y en ese momento se me pasa por la cabeza que habría sido de mi si
no le hubiera conseguido salvar, y la simple sensación de soledad y
desamparo, hace que arranque a llorar.
Erik se incorpora y al hacerlo yo lo hago con el. El me acurruca entre sus
brazos y me dice que me tranquilice mientras yo no paro de repetir que no
vuelva a hacerme eso.
Cuando paro de llorar, el se sitúa delante de mi, me
seca las lagrimas con su pulgar, y sonríe, con esa sonrisa que hace que parezca
que todo esta bien, que no hay ninguno problema, aunque realmente todo es un
desastre, pero que aun así me hace olvidar el resto del mundo durante unos
instantes ya que me da eso que mas busco y deseo en estos momentos felicidad y
esperanza, y entonces me dice con su voz de manera calmada y sube
- Estoy contigo, estoy aquí a tu lado y sabes que no
me voy a ir de aquí- dice con esa sonrisa tan típica suya que enseña los
colmillos ligeramente por sus labios-Y además, si alguien me quiere apartar de
tu lado, ya estas tu para impedírselo- Agrega dándome un pequeño toque en el
hombro con su puño, que es su manera de agradecerme que le haya salvado la vida sin tener que hacerme
recordar otra vez esa horrible noche que sin duda ha sido y espero que sea, la
pero de toda mi vida
- ¿Que vamos ha hacer ahora?
- Sobrevivir- Esa es su respuesta y estoy casi seguro
que es la única respuesta esperanzadora en estos momentos- De momento Liam, me
sobra que con te queden fuerzas para andar un poco hoy, llevamos mucho tiempo
parados y tenemos que movernos, ya nos han ganado mucho terreno
- Erik...-Pregunto haciendo una larga pausa, en cuanto
lo hago su mirada cambia, ya sabe lo que le voy a preguntar y me mira de tal
manera que comprendo que aun no esta preparado para hablar de ello, y tampoco
quiero hacerlo por que en verdad yo tampoco estoy preparado para saber que les
ha ocurrido a mis padres-...En que dirección vamos- digo para romper el
silencio que se había formado
-Hacia el norte, quier encontrar una farmacia para
poder curarte eso de forma adecuada, por que he de decir que anoche pase lo mio
hasta que te pare la hemorragia -Dice apuntándose con el pulgar, y entonces me
percato, de todas las manchas de sangre que tiene por todo el cuerpo- Eso y un
lugar donde ducharme y cambiarme de ropa
Me levanto como puedo y con todas las fuerzas que me
quedan, en cuanto lo hago siento la flojera de las piernas que me tiemblan de
debilidad amenazando con tirarme al suelo de un momento a otro, además el hecho
de ponerme de golpe tan bruscamente hace que todo mi horizonte e vuelva
ligeramente blanco y lo oídos me piten.
En ese momento como y parece hacerseme costumbre Erik, esta ahí para
sujetarme en cuanto ve que me tambaleo y doy un vuelco amenazando con caerme.
Me mira, sonríe, deja mi cuerpo apoyado sobre su pecho
para rebuscar en la mochila y saca una barrita de chocolate.
No se si es por el hecho de que anoche casi muere, si
es por que yo estoy apoyado sobre el con casi todo mi peso, o si es por que el
esta tan cansado como yo, pero el hecho de ver a una persona como mi hermano, a
la cual le encanta el deportd, y el gimnasio, cuya camiseta casi parecen amenazar con romperse
cuando se pone en tensión, verle peleándose con el envoltorio de un chocolatina
en la que reza el típico “Abre fácil”, es algo cómico, y no se si es por la debilidad o por el mareo, pero
de repente me entra la risa tonta.
Comienzo a reír, al principio poco, después es una
carcajada constante, que me obliga a dejarme caer al suelo y una vez en su
firme y segura superficie seguir riendo, segundos después, le contagio la risa
a Erik que si en sanas condiciones no podía abrir el envoltorio, ahora con
carcajadas de por medio parece haberse añadido un puto de dificultad más. Llega
un momento en que se me cae la lagrimas de la risa, llevaremos tres minutos en
ese mismo sitio y aun no ha conseguido abrir la barita, aunque yo creo que
ahora lo gracioso es ver a Erik apoyado sobre un árbol riendo casi como yo o
más y mientras intentando abrir la chocolatina.
Al fin se abre, la risa se me pasa poco después de que
lo haga, y aunque parezca raro, ha sido
algo revitalizaste, como si la cantidad de serotonina (hormona de la felicidad
) que ha segregado mi cerebro ha sido la misma que la segregada en una semana,
pero aun no me he comido la barrita de chocolate y ya me noto con tres veces
mas fuerzas que antes, y no solo eso, noto algo que ya creía que no existía,
felicidad y alegría, es como si de
repente, todo lo que ha ocurrido desapareciera y esa horrible semana se
resumiera en ese justo momento de risa y felicidad absurda y pasajera, pero
necesaria y sana. Erik me da la barrita, yo la divido en dos y le doy la mitad
a el y juntos comenzamos a andar.
Capítulo 2: Juegos peligrosos
La noche comenzaba a caer, y de nuevo pasaban a estar
protegidos por el manto nocturno que proporcionaba una noche sin luna, y lo más
curioso es que esas cosa que quieren matarnos, son las misma que han han
proporcionado sin querer las habilidades suficientes para sobrevivir, entre
ellas la capacidad de mi hermano de ver en la oscuridad, en la mas remota y
absoluta oscuridad.
Mi piernas esta débiles, y después de un agotador día
andando, me acaba pareciendo que en vez pisar el suelo, estoy pisando ascuas, además
tengo sed y todo lo que hemos comido hoy ha sido una barrita de chocolate que a
duras penas ha calmado la molestia que sientes en el estomago cuando llevas
algún día sin comer, es más a estas alturas mi estoma ruge como una manada de
leones hambrientos y el dolor en la boca del estomago hace creer a mi cuerpo
que tengo ganas de vomitar, cuando la verdad es que me estoy muriendo de
hambre.
Miro a mi hermano, si es que esa definición es posible
ahora mismo, por que a duras penas veo algo a mas de dos pasos de distancia,
pero el ligero fulgor amarillento que emiten sus ojos cuando quiere ver por la
noche me permiten ver su posición. Aunque realmente la cuerda que llevo a tarda
a la cintura, me permitiría seguirle sin mucha molestia en una oscuridad absoluta,
es cierto que resulta algo humillante, por que más que una persona, parezco un
perro al que han atado una cuerda para que no se escape, pero yo se que el solo
lo hace para asegurarse que no acabo perdido en un lugar que no conozco y en el
que seguro no sobreviviría.
Su camiseta azul claro, marca grandes manchas de sudor
con un tono más oscuro aquí y allá, síntoma del caluroso día que hemos sufrido,
además noto algo extraño en el y que hace que no lleve una hora quejándome por
el cansancio, y es el hecho de que mi hermano ha recorrido maratones de 30
kilometros sin inmutarse, y un simple paseo por el campo le esta constando un
mundo, así que supongo que si yo estoy mal el debe de estar sufriendo a cada
paso que da, por que aun le cuesta coger aire.
-¿Falta mucho?- digo, por que ya realmente no puedo
más, por que se que dentro de poco la debilidad hará que me derrumbe sobre mi
mismo y ya empiezo a notar los síntomas de deshidratación, tengo la boca y los
labios secos, mi silaba es densa y pastosa y la garganta me arde.
-Ya casi hemos llegado, pero ahora no podemos parar...- Me mira y en cuanto lo
hace se da cuenta de que yo también lo estoy pasando mal, que solo necesito
unos minutos de descanso y luego me levantare y seguiré andando sin
quejarme-... Esta bien, nos sentaremos un rato, además a mi tampoco me vendrá
mal descansar
No sentamos sobre un árbol, y yo me apoyo sobre el
hombro de Erik, no por que me moleste a cobertura del árbol, si no por que en
estos momentos necesito sentir su contacto, por que en estos momentos es como
si mi hermano me trasmitiera energía y fuerza para seguir un poco más, y por
que aunque mi hermano se sienta protegido en la oscuridad, yo me siento total y
absolutamente vulnerable y él es la única protección que logro encontrar.
Mi respiración se relaja, al igual que la de mi
hermano, y sin darme cuenta paso otra vez a vigilar su ritmo respiratorio, y
entre inspiración y espiración, es serie hipnótica y tan personal suya, resulta
ser como una nana para un bebe, y me acabo quedando dormido, sin darme cuenta
de que lo he hecho.
Un fuerte zarandeo me despierta y segundos después un
potente foco de luz se enciende ante mis ojo, oigo la voz de mi hermano,
mientras alzo las manos para tapar la dirección en la que viene lo rayos del sol,
aun sigo dormido, y a mi hermano le cuesta despertarme dos o tres zarandeos
más, cuando lo hago la frase que dice mi hermano, hiela el alma desde dentro
hacia afuera, y hace que abra los ojos de par en par
-Liam, despierta...Liam despierta, no han encontrado-
Abro los ojos, y cuando lo hago, ya estoy en shock, mi hermano me mira a los
ojos y me dice- Liam, ahora no, escúchame nuestras vidas están en peligro así
que despierta- dice dándome una bofetada, él nunca me había pegado, pero en
estos momentos le agradezco que lo haya hecho, por que he me sacado de ese
profundo de estado de miedo que me privaba de tener una reacción lógica y
humana, yo le miro y entonces me dice justo las misma palabras que me dijeron
mis padres- Cuando yo te diga, corre y escóndete, y no salgas hasta que
amanezca- Me pone la mochila encima saca dos de los cinco cuchillos que lleva
en ella y se desabrocha la cuerda que nos une
Se levanta lentamente, y yo le sigo, da unos pasos
hacia adelante y cuando ve que yo también lo hago hecha una mano hacia atrás,
me la pone en el pecho evitando que siga avanzando y agrega otra
-No Liam, ya lo sabes, cuando yo te lo diga...- hace
una pausa y lo siguiente que agrega lo
hace en un tono casi imperceptible- Corre
Yo doy un paso hacia atrás, y me situó en una zona en
la que la potente luz no me ciegue, y entonces veo un coche, no un coche
normal, si no uno de esos suyos que se adaptan a cualquier tipo de medio, y con
focos que parecen serpientes inteligentes mas que focos.
De el coche se baja un de ellos, en cuanto lo hace su
textura grisácea oscura y escamosa, lo identifican al instante como uno de los
invasores, solo que ya no van camuflados con aspecto parecidos al nuestro. Por
su cabeza asoman una cuernos, que a cierta altura se curvan hacia la atrás, sus
ojos son como los de una serpiente, amarillos brillantes y con una pupila
largada en vertical donde su mirada no refleja sentimiento alguno que no sea el
odio, por su cuello asoman barias rajas que asumo que son branquias, va
completamente desnudo y aun así no se si es un hombre o una mujer, aunque
supongo que es un hombre por la falta de pecho y por que esta completamente
fibrado, y con solo mirarle podría jurar que esa bestia podría partir a una
persona en dos de un golpe.
Nos mira de una manera similar a la que una persona
mira a un gusano o una serpiente, como si fuésemos algo asqueroso para su
visión. De repente sonríe, dejando ver sus afilados dientes, y cuando veo el
conjunto completo no puedo evitar pensar que parece la unión entre una
serpiente y un ser humano, aunque claro la maldad que contiene toda la
humanidad junta la tiene uno solo de ellos.
El Sirack, que es así como se hace llamar su especie, se lanzan hacia mi
hermanano con un cuchillo en su mano derecha, como si un fuera lo
suficientemente fuerte como para hacerlo con las manos desnudas, pero lo que realmente me asombra es la
velocidad con la que mi hermano esquiva sus movimientos, hasta llegar a tal
punto que Erik consigne asestarle dos puñaladas y ponerse en su espalda para
derribarlo y retenerlo con una llave.
Erik le sujeta en el suelo mientras su camisa va
cobrando un color violáceo como consecuencia de la mezcla de su sangre azulada
con la mía que ya tenia en su camiseta, el Sirack forcejea, pero yo se que no
lo esta haciendo con todas sus fuerza,por que esas heridas ni siquiera parecen
dolerle, lo se por que veo algo que Erik no ve, veo su sonrisa malévola en su
rostro y como su cola, algo que Erik ha olvidado de ellos se eleva en el aire
sujetando un cuchillo que se incrusta entre sus costillas, y cuando mi hermano
cae el suelo, este vuelve a hincarse en su pierna.
Y entonces de los labios de mi hermano soy capaz de
leer la palabra “Corre”, yo me doy la vuelta y comienzo a correr en dirección
contraria, con los ojos llenos de lagrimas y el corazón inundado de odio e
impotencia por no poder hacer nada, por que se que por mucho que lo he
intentado evitar no volveré a ver a Erik y ahora estoy yo solo, habré corrido
como diez paso y tras de mi oigo los gemidos de Erik y las carcajadas de ese
bicho monstruoso de otro planeta, y entonces hago algo que en circunstancias
normales no haría, me paro en seco, saco un cuchillo de la mochila, me doy la
vuelta, comienzo a correr hacia mi hermano y justo cuando el cuchillo de esa
criatura se alza en el aire preparado para dar el golpe de gracia a mi hermano,
yo lanzo el mio hacia él.
Veo el cuchillo volar por el aire, de manera circular
mientras mi corazón que ya se ha vuelto a acelerar reza por que le de con la
parte del filo, de repente veo que no es así, que le va a dar con el mango,
pero el cuchillo recorre la suficiente distancia para colocarse mirando hacia
el con el filo e incrustarse al completo en su cráneo, tanto que veo como la
sangre azulada salpica a Erik.
El Sirack se cae hacia atrás, y nada más hacerlo yo
salgo corriendo hacia mi hermano, cuyas heridas, ya en la distancia sangran a
chorros.
Nada más llegar me quito la camiseta la cual esta
empapada en sudor, y la uso para taponar la herida del costado, me quito el cinturón
se lo rodeo por el cuerpo y lo aprieto al máximo para usarlo como tope y que
apriete bien la herida, cuando veo que ya esta todo lo prieto que puede estar y
que el caudal de sangre se ha reducido
bastante paso a la del muslo. Me quito las botas para poder sacar me los
pantalones con mas facilidad, y después usarlo como tope para la pierna, le
quito los cordones a los zapatos, y los pongo todos juntos para enrollarlos
alrededor de la pierna hasta tres ocasiones y utilizo un palo de madera para
hacer torniquete.
No se como lo estoy haciendo, pero mi mente esta
trabajando a cien por hora, como regla general solo le habría podido abrazar
por que estaría presa del pánico y la desesperación, pero en esta ocasión mi
mete ve las ideas antes incluso de que las piense, se que no nos podemos quedar
ahí que hay que coser las heridas y curarlas, pero las cosas que pueda
encontrar en una farmacia son insuficientes para esto, más que nada por que
todas las farmacias han sido saqueadas y apenas quedar uno o dos botes de
alcohol. Necesito llevarle a un hospital, pero el que esta mas cerca esta a un
kilómetros y Erik no tiene pinta de soporta un kilómetro andando en esas
condiciones, entonces veo el coche.
Levanto a Erik como puedo y gracias a la poca ayuda
que mi hermano puede darme que es mas que suficiente para meterle en el asiento
del copiloto, yo me pongo en el asiento del conductor. Nunca he conducido un
coche, en toda mi vida, y esto parece mas la cabina de mandos de un avión que
un coche, por suerte esta encendido y el único pedal que hay parece ser el de
acelerar, así que simplemente lo piso y mientras dirijo el coche con una mano
mantengo la presión en la pierna de mi hermano con la otra.
Voy sentado en esa cosa, vestido con unos simples
calzoncillos, a 120Km por hora por un bosque y con mi hermano al lado
desangrándose, el corazón no me late deprisa si no que simplemente late tan
rápido que ya solo siento una presión en el pecho, mi mente calcula todas la
distancias y ángulos para no chocarme con nada mientras que otra parte de mi
mantiene la presión en la herida de mi hermano, veo todo borroso, no por que me
este mareando si no por la lágrimas, y respiro tan deprisa que creo que a este
paso la semana que viene seré yo el responsable de acabar con todo el oxigeno
de la tierra, y lo peor de todo, en ese sitio tan cerrado, todo empieza a oler
de manera desmesurada a hierro, a causa de todo la sangre que esta soltando
Erik.
Apenas quedan unos metros para llegar al hospital el
cual ya a estas alturas muestra un aspecto abandonado y sombrío, con coche por
aquí y por allá tirados y abiertos,
aunque lo que realmente me preocupa es el hecho que mi hermano tiene que
aguantar consciente hasta que este en
una cama de el hospital tumbado mientras como pueda cosas esas heridas.
Llegamos a la puerta del hospital y no me preocupa
frenar en la entrada, si no que lo hago dentro de la sección de urgencias del
hospital atravesando todas las cristales que genera un total estruendo al
romperse, bajo del coche tan rápido que me corto la planta de los pies con lo
cristales, pero estoy tan tenso y tan preocupado por salvarle la vida a mi
hermano otra vez, que no hago caso la dolor y corro hacia su puerta para
sacarle, y aquí llega la parte difícil.
Consigo sacarle del coche, pero la parte de que apenas
se mantiene en pie y yo una persona de sesenta quilos cargando con mi hermano
de ochenta es algo complicado, pero aun así hago todo los esfuerzos por seguir,
al igual que el. Noto como hace todo lo posible por seguir despierto, pero se
que no vamos a llegar a las habitaciones, estad demasiado lejos, a Erik ya
apenas le queda tiempo de consciencia y yo no puedo levantarle en vilo como
hace el conmigo, cada paso que damos me cuesta más sostenerle y nos tambaleamos
mucho más amenazando con caernos al suelo los dos, causa de que cada segundo
que pasa el tiene menos fuerza y yo también.
Entonces me veo obligado a parar por que mi cuello
nota la presencia de algo metálico, afilado y frio junto con una voz a mi
espada que dice
-¿Que queréis?- En ese momento mi cuerpo es poseído
por la ira y rabia de todo, y de no ser por que mi hermano no se aguantaría en
pie de no sujetarle, me giraría y le daría una bofetada a la voz de esa mujer
por no ver lo evidente, por no ver que mi hermano chorrea sangre por la pierna
y por el costado, y por ver que el hecho
de retenernos allí puede costarle la vida, pero entonces mi mente recurre a la
otra parte de mi ser a la parte racional que piensa que una mujer dentro de un
hospital o bien es una paciente o bien es una enfermera
-¡Por favor ayúdame!- digo casi en suplica, y
llorando- Le han herido, tengo que curarle, no...-No me deja acabar, no se si
es por que me ve llorando, o por que sabe que ninguno de los dos somo personas
de las que deba tener miedo, o por el hecho de que ha notado que se me esta
viniendo el mundo encima por segunda vez
Simplemente agarra a Erik por el otro costado y me
ayuda a llevarlo hasta la camilla mas cercana, una vez mi hermano esta tumbado
la chica a la cual no me ha dado tiempo ni a mirar desaparece y vuelve a
aparecer con una caja agujas y mas cosas que desconozco, junto a su uniforme
blanco que me permite saber que estaba en lo cierto, es una enfermera.
La miro a la cara y estoy tan preocupado que el único
rasgo que saco de ella es que es una mujer, no me percato ni de el color de los
ojos ni del el pelo ni de nada, lo único que saco de esa chica cuando la miro
es lo que me dice
-Sujetarle, esto le da a doler- Yo le agarro de los
hombros y le empujo hacia la camilla, entonces veo como la chica hunde sus
dedos en la herida, del costado rebuscando algo, mientras mi hermano arquea su
espalda, muestra del dolor que esta sugriendo, cuando los saca solo agrega- Un
chico, con suerte el cuchillo no ha tocado nada.
Cose la herida del costado pero no la desinfecta pasa
directamente a la de la pierna, repite la operación pero en este caso el
cuchillo ha herido ligeramente una vena importante, no llego a escuchar cual es
su nombre pero la chica con mucha maña hunde la aguja en el herida cose lo que
parece ser la vena y después cose la herida. Cuando las heridas dejan de
sangras y la chica me mira con cara de alivio, yo ya se que mi hermano esta a
salvo, pero me va a deber una muy grande por darme este susto por segunda vez y
en menos de un día.
Me siento en el suelo por que las rodillas ya no me
sujetan y nada más hacerlo el frío del mármol se trasmite a mi piel, sin que yo
pueda evitar un escalofrió, se me ha juntado el susto de la noche pasada con
este, mi corazón aun late al ritmo de un ferrari, y mi respiración sigue un
ritmo alocado y desigual en el absurdo intento de calmarla. Las heridas de los
pies ahora que ya no tengo que pasar todo la atención a mi hermano me empiezan
a dolor muchísimo, además me duele la cabeza como si una bomba acabara de
explotar, y no se como ni cuando pero la herida de la cabeza me ha vuelto a
empezar a sangrar.
La chica me trae una bata blanca por que me ha visto
tiritar, y junto a ella lo que parece ser un sandwich con un refresco de cola,
se agacha amablemente a curarme la herida de la cabeza, pero yo paro su mano y
con la mirada, una amable y agradecida, le indico que yo no soy primordial, que
mi hermano esta peor que yo, a lo que ella responde
-¿Sabes cual es su grupo sanguíneo?- Pregunta con una
voz cálida, intentando alterar lo menos
posible mi actual estado psicológico y emocional
-Cero positivo- respondo
-¿Y tu?- vuelve a preguntar
-Idem- respondo como lo hago siempre que no tengo ni
las ganas ni las fuerzas suficientes para responder
-Bien, entonces si me permites voy curarte para que
dejes de tener goteras y puedas hacerle una transfusión a tu hermano, su tipo
de sangre es...
-No queda ¿verdad?- Ella simplemente asiente mientras
me acerca el algodón untado en lo que parece ser Betadine o alguna variante de
Yodo- Las heridas de...
-Mi hermano
-...de tu hermano ya están desinfectadas, pero ha
perdido mucha sangre, y ahora tu eres su única opción
-Siempre acabo siendo su única opción- digo riendo,
mientras el escozor de lo que quiera que me este dando en la frente me recorre
desde dentro sin que pueda evitar mezclar la sonrisa algo forzada, con la cara
de dolor.
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