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martes, 16 de diciembre de 2014

Pongamos de moda la felicidad


Siempre tendemos a asociar la felicidad, con una cara alegre, una personalidad positiva, o a personas que no se toman nada muy a pecho, pero realmente ¿Hasta cuanto una sonrisa puede ocultar una gran tristeza?

La felicidad es el recurso más fácil en el que esconder la tristeza, pues la gente deja de preguntar qué te pasa al ver una sonrisa de felicidad, es una forma de protegerte, pero también de encerrarte en ti mismo alejando a los demás de tus propios problemas, al fin y al cabo es más fácil sonreír y hacer que todo va bien que tener que aguantar largas charlas de “estar triste no es la solución”.

Y cuando haces esto te empiezas a encerrar en ti mismo, te siente solo aun cuando estas rodeado de personas, y por alguna extraña razón, cuando necesitas desesperadamente a alguien con quien hablar, a alguien con quien liberar toda esa frustración, toda esa pena, toda esa rabia y dolor acumulado, nadie puede ayudarte, todos tiene algo mejor o más importante que hacer, aun sabiendo que cuando ellos te necesitaron tu dejaste todo lo que hacías para ayudarle.

Poco a poco te va dando cuenta de que cada día cambias más, cada día apagas un poco más tus sentimientos, empiezas por no tomarte nada a pecho, empiezas a ser indiferente hasta que al final te das cuenta que te ha apagado tanto que te sientes hueco, frio y alejado por voluntad propia del resto, y entonces quieres volver a ser como antes, a ser verdaderamente alegre, a sonreír de verdad y no de mentira, pero llegados a ese punto ya no hay vuelta a tras la persona que fuiste entonces ya no existe.
Tal vez no todos lleguen a este punto, mucho se quedaran perdidos en sus mentes durante años, encerrados en sí mismo, llorando por dentro, gritando por dentro, pero si logras darte cuenta que llegados a este punto eres libre de volver a redefinirte cómo quieres, de ser la persona que realmente quiere ser, y en ese momento en que te das cuenta que aunque muchos fueran de tu vida, lo hicieron por que no debían de estar en ella, y que los que quedan los que los que realmente te aprecian seas como seas, en ese momentos sueltas el lastre que te hundía, y entonces entiende que estar triste solo es perder el tiempo, cuando entiendes que la vida esta para disfrutarla y no para estar hundido en la miseria es cuando aprender a vivir, en cuando aprendes que si quieres puedes ser quien queras ser, y que es cierto que tus problemas no le incumben al resto, pero los sigues contando porque sabes que están ahí para ayudar a llevar la carga contigo, cuando aceptas que las cosas buenas existen de verdad es cuando por fin tu sonrisa no es un simple trozo de cartón piedra en el que esconderte, sino una llave para abrir puertas.

En resumen, aprende que no todos están siempre, porque el siempre no existe, pero si esta de su mano estar y realmente te aprecien, estará, aprende a dejar marchar a la gente que no te quiere, para recibir a gente que lo haga, aprende que siempre habrá alguien dispuesto a escucharte, a abrazarte, consolarte y aconsejarte, aprende a no tomar nada demasiado a pecho, pero a la vez, vivir cada día con los sentimientos al máximo, aprende a ser fuerte, pero a la vez ser dulce, realista y no optimista ni pesimista, y sobre todo a buscar cualquier pequeño momento para sonreír de verdad, porque la felicidad es pasajera, pero ahí está lo bonito de la vida, pues no podríamos admirar la felicidad ni a alegría si no hubiera triste raza y pena, y por qué todo aunque tarde acaba llegando

Y recuerda la felicidad es lo que a ti te haga feliz( valgan las redundancias), no lo que la sociedad que te diga que es ser feliz, o lo que la gente te diga que es la felicidad.


  




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