Siempre
tendemos a asociar la felicidad, con una cara alegre, una personalidad
positiva, o a personas que no se toman nada muy a pecho, pero realmente ¿Hasta
cuanto una sonrisa puede ocultar una gran tristeza?
La
felicidad es el recurso más fácil en el que esconder la tristeza, pues la gente
deja de preguntar qué te pasa al ver una sonrisa de felicidad, es una forma de protegerte,
pero también de encerrarte en ti mismo alejando a los demás de tus propios
problemas, al fin y al cabo es más fácil sonreír y hacer que todo va bien que
tener que aguantar largas charlas de “estar triste no es la solución”.
Y
cuando haces esto te empiezas a encerrar en ti mismo, te siente solo aun cuando
estas rodeado de personas, y por alguna extraña razón, cuando necesitas
desesperadamente a alguien con quien hablar, a alguien con quien liberar toda
esa frustración, toda esa pena, toda esa rabia y dolor acumulado, nadie puede ayudarte,
todos tiene algo mejor o más importante que hacer, aun sabiendo que cuando
ellos te necesitaron tu dejaste todo lo que hacías para ayudarle.
Poco
a poco te va dando cuenta de que cada día cambias más, cada día apagas un poco más
tus sentimientos, empiezas por no tomarte nada a pecho, empiezas a ser
indiferente hasta que al final te das cuenta que te ha apagado tanto que te
sientes hueco, frio y alejado por voluntad propia del resto, y entonces quieres
volver a ser como antes, a ser verdaderamente alegre, a sonreír de verdad y no
de mentira, pero llegados a ese punto ya no hay vuelta a tras la persona que
fuiste entonces ya no existe.
Tal
vez no todos lleguen a este punto, mucho se quedaran perdidos en sus mentes
durante años, encerrados en sí mismo, llorando por dentro, gritando por dentro,
pero si logras darte cuenta que llegados a este punto eres libre de volver a
redefinirte cómo quieres, de ser la persona que realmente quiere ser, y en ese
momento en que te das cuenta que aunque muchos fueran de tu vida, lo hicieron
por que no debían de estar en ella, y que los que quedan los que los que
realmente te aprecian seas como seas, en ese momentos sueltas el lastre que te
hundía, y entonces entiende que estar triste solo es perder el tiempo, cuando
entiendes que la vida esta para disfrutarla y no para estar hundido en la miseria
es cuando aprender a vivir, en cuando aprendes que si quieres puedes ser quien
queras ser, y que es cierto que tus problemas no le incumben al resto, pero los
sigues contando porque sabes que están ahí para ayudar a llevar la carga
contigo, cuando aceptas que las cosas buenas existen de verdad es cuando por
fin tu sonrisa no es un simple trozo de cartón piedra en el que esconderte, sino
una llave para abrir puertas.
En
resumen, aprende que no todos están siempre, porque el siempre no existe, pero
si esta de su mano estar y realmente te aprecien, estará, aprende a dejar
marchar a la gente que no te quiere, para recibir a gente que lo haga, aprende
que siempre habrá alguien dispuesto a escucharte, a abrazarte, consolarte y
aconsejarte, aprende a no tomar nada demasiado a pecho, pero a la vez, vivir
cada día con los sentimientos al máximo, aprende a ser fuerte, pero a la vez
ser dulce, realista y no optimista ni pesimista, y sobre todo a buscar
cualquier pequeño momento para sonreír de verdad, porque la felicidad es
pasajera, pero ahí está lo bonito de la vida, pues no podríamos admirar la felicidad
ni a alegría si no hubiera triste raza y pena, y por qué todo aunque tarde
acaba llegando.
Y recuerda la felicidad es lo que a ti te haga feliz( valgan las redundancias), no lo que la sociedad que te diga que es ser feliz, o lo que la gente te diga que es la felicidad.
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